Estimadas y estimados Donostiarras, ya es 2016

Este año somos sede de la Capital Europea de la Cultura. Nuestra ciudad será un ejemplo para Europa de la capacidad para convivir y la participación de los ciudadanos.

Donostia es Capital Europea de la Cultura. Es un año importante para nuestra ciudad, que representa, sobre todo, una oportunidad. Afrontamos el reto de aprender a convivir mejor a través de la cultura. Un reto colectivo apasionante.

Somos una ciudad rica en valores. La gente de esta ciudad siempre ha tenido iniciativa y capacidad para convertirla en un lugar próspero en el que merezca la pena vivir y disfrutar. Y nuestra capacidad para convivir es clave para ello.

Convivir es saber vivir con. Vivir en armonía con aquellos que consideramos diferentes, tejer nuevas alianzas, gritar menos y escuchar más, abrirnos a nuevas propuestas, desprendernos de posiciones dogmáticas, complejos o sectarismos y usar más verbos como cooperar, ayudar, apoyar o facilitar… Y todo sin renunciar a lo que somos.

Hoy en nuestras calles se escuchan idiomas y se ven diferentes culturas. Donostia / San Sebastián cambia, el mundo cambia, pero la esencia permanece. Una identidad rica, propia, enriquecida con lo que aprendemos y añadimos con cada uno de estos intercambios.

Si me preguntaran qué me gustaría que quedará en Donostia como herencia de la capitalidad cultural de 2016, lo tengo claro: una cultura compartida de convivencia. Una ciudad más abierta, plural y acogedora. Solidaria y generosa. Una Donostia agradable y habitable.

Desde la Fundación Donostia / San Sebastián 2016 se ha trabajado intensamente para desarrollar una programación de calidad y desde el Ayuntamiento se viene realizando un especial esfuerzo para que la ciudad esté bien preparada. Ha sido un trabajo compartido que se ha realizado a lo largo de muchos años y que como Alcalde, quiero reconocer a los que me precedieron, Odón Elorza y Juan Karlos Izagirre.

2016 va a ser un año en el que creceremos en eventos, en turismo y en visibilidad para nuestra ciudad. Que situará en el mapa a nuestro territorio, a nuestra cultura y a nuestra lengua, el euskera. Pero sobre todo, va a ser una oportunidad para mejorar. Juntos.

Por todo ello, tenemos que aprovechar esta gran ola de energía y remar de forma conjunta para llegar a nuestras metas. Si lo hacemos con ilusión, como sabemos hacerlo en Donostia, estoy seguro de que el año que viene cantaremos aún más alto “Donosti bat bakarra munduan!”

Gora Donostia!