No existe proyecto más ambicioso para una ciudad que la convivencia

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Invitado por ‘Forum Europa, Tribuna Euskadi’, el lunes 16 de octubre, tuve la oportunidad de detallar, ante más de un centenar de personas de distintos ámbitos, mi visión del momento actual de nuestra ciudad. Aquí os dejo mi discurso integro.


Han pasado ya más de dos años desde mi última participación en este Foro. En aquella ocasión, comparecía a este encuentro en calidad de candidato a Alcalde por EAJ-PNV. Hoy lo hago por primera vez como Alcalde de San Sebastián, y con la introducción de mi buen amigo y compañero Juan Mari Aburto, Alcalde de Bilbao. Quiero en primer lugar agradecer la disposición de Juan Mari a la hora de hacer la presentación de esta intervención. Para mi, además de su amistad, representa muy bien el espíritu de la relación que existe y debe existir entre nuestras dos Ciudades, el de la colaboración y participación en un proyecto compartido que es nuestro País, Euskadi.

Goia y AburtoComo señalaba, han pasado ya más de dos años desde que asumí la Alcaldía de Donostia. 28 meses intensos, pero creo que fructíferos.

Tras una legislatura complicada y un resultado electoral contundente, fue mi primera intención dotar de estabilidad a la gestión municipal. Con ese objetivo, tras la sesión constitutiva se abrió la negociación para formar un Gobierno Municipal de amplia base. Una semana más tarde se firmo el acuerdo de coalición con el Partido Socialista, segunda fuerza en el Ayuntamiento de San Sebastián. Un acuerdo que permite contar con un amplio respaldo del Pleno, 16 de los 27 concejales, y también un amplio respaldo social. Concretamente, los dos grupos ostentan la representación del 55,05% de los votos.

Ha sido un acuerdo positivo y fructífero para la Ciudad, que se materializa en un programa de Gobierno elaborado entre ambas fuerzas y que es la que guía la actuación de Gobierno municipal.

A la hora de hacer un balance de la legislatura, creo que resulta imprescindible tomar como referencia dicho programa. Debo decir que efectivamente, los dos grupos nos hemos comprometido en el cumplimiento del mismo, y ello ha facilitado el buen funcionamiento y la relación entre ambos. Cuando se me pregunta si existen diferencias entre ambos grupos, siempre contesto que si. Es natural, por algo representamos dos opciones políticas diferentes. Pero dos opciones políticas diferentes que son capaces de llegar a acuerdos en torno a los principales retos que tiene nuestra Ciudad.

 

Estrategia DSS2020:

Recuerdo que en la anterior ocasión en este Forum manifestaba mi preocupación por la crisis económica que sufría nuestra Ciudad y nuestro País, y consideraba prioritario fijar las bases sobre las que Donostia debía asentar su prosperidad futura. Citaba cuatro pilares:

  • Donostia como complemento a la actividad industrial del Territorio
  • El Turismo como fuente de riqueza
  • Ciudad de eventos
  • Ciudad de la Cultura

En estos dos años largos, creo que la realidad ha confirmado la vigencia de esa apuesta. Una apuesta compartida, en la que la actuación municipal busca liderar, impulsar y acompañar.

Con ese objetivo, durante este año se ha procedido a actualizar en Plan Estratégico de la Ciudad, contando para ello con todos los agentes representados en el Consejo Social de la Ciudad liderado por Pedro Miguel Etxenike.

La visión compartida de la Ciudad que recoge ese Plan Estratégico contiene, entre otras, las siguientes afirmaciones:

“Una Ciudad abierta, acogedora, dinámica, diversa y cosmopolita; con carácter e identidad que ha sabido, al mismo tiempo, conservar y potenciar sus señas de identidad propias, donde destaca el impulso por la cultura vasca y el euskera”.

“Una Ciudad competitiva, que lidera el territorio de Gipuzkoa, conectada con el resto de las ciudades vascas, la eurociudad e integrada en Europa. Líder y referente internacional como modelo sostenible de turismo histórico basado en la autenticidad y la excelencia del destino y el equilibrio con la calidad de vida de sus habitantes”.

“Una Ciudad que ha sabido generar, también, toda una economía ligada a la I+D+i como cabecera de la capacidad industrial del territorio de Gipuzkoa, habiéndose convertido en una referencia internacional en ciencia y tecnología, los servicios avanzados y en las actividades ligadas a la economía creativa”.

Estas afirmaciones, dibujan la Ciudad hacia la que deseamos caminar, y que en definitiva, orientan la actuación del propio Ayuntamiento, en aras a lograr “una ciudad en la que cada persona pueda desarrollar su proyecto de vida en las mejores condiciones posibles (vivienda y trabajo dignos, ocio y cultura accesibles)”.

Estado Actual de la Ciudad:

A la hora de valorar la situación actual de Donostia con respecto a la existente hace 28 meses, creo que nadie puede negar que dicha situación es notablemente mejor.

Está afirmación se soporta en datos, no en impresiones. Dicho lo cual, hay que señalar que evidentemente esto no se debe a la actuación de un Gobierno Municipal en exclusiva. Sería muy pretencioso por mi parte realizar tal afirmación. Es evidente que se ha producido una salida de la crisis (aunque no completa) que obedece a muy diversos factores, pero no es menos cierto que la estabilidad institucional y la acción del Gobierno han acompañado esa recuperación.

Donostia es hoy la capital de la C.A.V. que tiene la menor tasa de desempleo. Al cierre del año 2016 el desempleo en nuestra Ciudad se situaba en el 10,6% y en este ejercicio ha descendido ya por debajo del 10%. Es cierto que el punto de partida de Donostia era mejor que el de las otras dos capitales vascas, pero no es menos cierto que la progresión del descenso en las tasas de desempleo ha sido mayor estos últimos tres años en nuestra Ciudad.

Los diversos indicadores que se recogen en  el “Barómetro de la economía urbana 2016” publicado por la Sociedad de Fomento de San Sebastián muestran bien a las claras una recuperación de la actividad económica en la Ciudad, una activación de la inversión y de la capacidad de atracción de la misma en todos los ámbitos.

Cuando hablamos de inversiones, en demasiados ocasiones se fija la atención en aquellas relacionadas con el sector turístico (los numerosos hoteles proyectados en la Ciudad), y sin embargo pasan desapercibidas otras inversiones relacionadas con la tecnología y la investigación. Es un dato reseñable que el Parque Tecnológico de Miramón se vaya acercando a su colmatación tras la ampliación de algunas de sus actividades (Citedec o Graphenea) y la implantación de nuevas (Asklepios Biopharmaceutical).

Esta evolución positiva, unida al elevado nivel de formación de la población, hace vislumbrar un horizonte lleno de posibilidades. En efecto, el colectivo de personas con estudios medios superiores y/o superiores representa en Donostia el 34% de la población, 10 puntos porcentuales más que el resto de  Gipuzkoa y 9 puntos más que el conjunto de Euskadi.

Aunque la situación es notablemente mejor que la de hace tres años, también existen  factores a tener especialmente en cuenta de cara a futuro:

1.- Por una parte, el paulatino envejecimiento de la población.  Este es un dato que sin ser exclusivo de Donostia, presenta en nuestro caso cifras superiores a las del entorno.

Esta es una realidad que nos obliga a repensar nuestra ciudad. Y no exclusivamente desde el punto de vista de los cuidados que una población cada vez más envejecida va a requerir, que también, sino desde la perspectiva del papel activo que esa población debe jugar en favor de la comunidad.

2.- La dificultad a la hora de retener el talento que la propia Ciudad es capaz de generar. Un fenómeno que hemos sufrido con especial intensidad durante los años más duros de la crisis y que ahora estamos en disposición de revertir. Esta es una de las principales apuestas que junto con el Gobierno Vasco y Diputación Foral de Gipuzkoa compartimos.

3.- Y finalmente, el encarecimiento del precio de la vivienda. Es la otra cara de la recuperación económica, que ya se deja sentir en nuestros municipios. Más allá de los datos sobre la evolución del precio de la vivienda, que parte en nuestro caso de una posición elevada, la encuesta de percepción ciudadana elaborada por la oficina del plan estratégico de Donostia sitúa esta cuestión como una de las peor valoradas. Es más, frente al resto de indicadores, es el que notablemente rebaja el grado de satisfacción medio de nuestros ciudadanos.

Más allá de las percepciones, este es un dato que me preocupa, principalmente porque implica una gran dificultad para los jóvenes a la hora de poder desarrollar su proyecto de vida en Donostia.

Soy consciente de que ésta es una cuestión en la que nunca ha sido sencillo obtener resultados. Pero también soy consciente de que una administración debe hacer todo lo que esté en su mano para posibilitar el acceso a la vivienda. Donostia ha hecho un gran esfuerzo durante estos últimos años, y hoy dispone de un parque de cerca de 2.000 viviendas públicas en régimen de alquiler que queremos seguir ampliando. Y durante esta legislatura se están dando importantes pasos, fundamentalmente con el desarrollo de Txomin Enea, cuya primera fase está ya  muy avanzada, y cuya segunda fase quisiéramos iniciar lo antes posible, a expensas de que se produzca el traslado del centro penitenciario de Martutene que nunca llega.

Pero este es un esfuerzo que requiere también de la implicación del Gobierno Vasco, con el que se cuenta y esperamos seguir contando también en el futuro.

Y más allá de la promoción de la vivienda pública, también es el momento de ejercer como Ciudad las potestades de planificación urbanística de las que disponemos. Y lo digo sin caer en los excesos y alarmas que algunos quieren generar, pero siendo precavidos y regulando adecuadamente fenómenos que pueden provocar efectos negativos sobre el precio de la vivienda. Ese es, entre otros, el objetivo que persigue la Ordenanza Reguladora de las viviendas de uso turístico que en este momento se está tramitando y debatiendo en el Ayuntamiento. Y también otras reflexiones que sobre el planeamiento se han puesto en este momento sobre la mesa.

El Turismo:

Esta reflexión sobre los principales retos que tenemos entre manos como Ciudad me llevan a tratar una cuestión que ha resultado de máximo interés informativo durante este verano. Ha sido, bajo mi punto de vista, una cuestión utilizada políticamente, de forma inadecuada y amplificada de forma injustificada por la falta de otras noticias.

Espero y deseo, que apagados los ecos del verano, este otoño nos proporcione un contexto más adecuado para tratar esta cuestión, y si fuera necesario, debatir con rigor sobre lo que representa.

Es innegable que el turismo es responsable en gran parte de la reactivación económica de Donostia. El incremento de visitantes que ha registrado la Ciudad durante estos últimos años ha sido notable, siendo especialmente significativos los incrementos registrados en 2015 y 2016. En este año 2017 se ha registrado todavía un ligero incremento, pero el salto fundamental se ha producido durante los dos ejercicios anteriores.

Por proporcionar un dato cierto y contrastable, las pernoctaciones en establecimientos hoteleros se han incrementado en un 33% entre 2011 y 2016. Además, el origen de las personas que realizan esas pernoctaciones ha evolucionado de tal manera que hoy en día el 55% son ya de origen extranjero.

Se estima que en la actualidad el turismo representa el 12% del P.I.B. de nuestra Ciudad.

El turismo representa por tanto una importante fuente de ingresos para Donostia. Y estoy convencido de que va a seguir siendo así, si somos capaces de hacerlo bien.

La vocación turística de Donostia es innegable. Durante años hemos suspirado por poner en valor toda nuestra capacidad de atracción. El éxito que hoy conocemos es para mi, en primer lugar motivo de alegría.  No entiendo las posiciones políticas de quienes parecen lamentarse de dicho éxito. Es más, creo que en algunas ocasiones algunos discursos son una auténtica irresponsabilidad.

Pero también soy consciente de que los debates viciados no deben impedir  que hagamos una reflexión sensata y serena.

Y de hecho, es lo que se ha propiciado desde el propio Ayuntamiento. Este mismo año, tras finalizar el periodo de vigencia del anterior Plan de Turismo, se ha aprobado el nuevo Plan 2017-2021.

El Plan anterior centraba claramente sus esfuerzos en crecer. Un esfuerzo necesario y que ha obtenido un notable resultado. El actual Plan Director, elaborado con la participación de todos los agentes implicados pone el foco en la gestión del destino, haciendo especial hincapié en la autenticidad, la calidad y la sostenibilidad.

Eneko GoiaMuchas de las medidas que se van adoptando persiguen ese objetivo, como la anteriormente citada ordenanza reguladora de viviendas de uso turístico. Este tipo de oferta de alojamiento ha venido para quedarse, y debemos ser conscientes de ello. Es sin duda complementaria al resto de la oferta existente. Pero debe ser una actividad regulada, y compatible con el uso residencial existente. Al igual que el resto de actividades turísticas, que también han de ser equilibradas con el carácter eminentemente residencial de determinadas zonas de la Ciudad. Es el caso de la Parte Vieja, donde ya hemos anunciado la modificación de Plan General en aras a no permitir la implantación de nuevas actividades de este tipo en dicho ámbito.

Es competencia y obligación de un Ayuntamiento ordenar adecuadamente los distintos usos en la Ciudad, garantizando espacios adecuados para la convivencia y la actividad económica. En definitiva, hacer una Ciudad para vivir.

Suelo repetir que Donostia es una Ciudad “de verdad”, en la que viven y trabajan personas durante los 365 días al año. Y es precisamente eso lo que la hace atractiva. Proporciona una experiencia a quien la visita, una experiencia auténtica, y eso es algo que sin duda debemos ser capaces de preservar.

Donostia es una Ciudad con identidad, una identidad en la que el euskara va recuperando su espacio. En definitiva, una identidad forjada fundamentalmente por quienes la habitan y que está abierta a compartir.  Su clara apuesta por la Cultura es muestra evidente de ello.

La apuesta Cultural:

Donostia ha ejercido de capital europea de la cultura en el año 2016. Y siempre digo, que a pesar de haber sido un título con un carácter aparentemente temporal, es un sello que quedará para siempre. Dicho de otra manera, Donostia es una capital europea de la cultura a partir del año 2016 y para siempre.

Recuerdo que en numerosas ocasiones y con anterioridad a 2016 solía afirmar que la capitalidad era un buen pretexto para que la Ciudad hiciera una clara apuesta por la cultura. Sigo pensando lo mismo.

Hace dos semanas participé en un encuentro con Alcaldes de distintas Ciudades europeas en Dresde. En el mismo se hablaba sobre los modos de fortalecer la cohesión social en los municipios. Recuerdo que el Alcalde de la Ciudad holandesa de ´s-Hertogenbosch afirmaba con rotundidad que la mayor aportación que se podía realizar desde el municipio era invertir en cultura, deporte y educación.  Estoy de acuerdo. Y Donostia hace ese esfuerzo, la inversión en cultura es buen ejemplo de ello.

Ser Capital europea de la cultura ha sido un reto. Y desde muchos puntos de vista además. Un reto colectivo no exento de dificultades, tanto políticas como organizativas. Pero un reto superado. A su vez, también es un reto no concluido. En efecto, 2016 deja un importante legado que ahora debemos ser capaces de administrar.

Es posible que muchas de las cosas que nos han sucedido, y que siguen sucediendo, sean valoradas mejor según vayamos adquiriendo una mayor perspectiva, pero yo no tengo ninguna duda de que el esfuerzo ha merecido la pena.

Donostia cuenta hoy con una potente infraestructura cultural. Desde la tupida y activa red de casas de cultura, pasando por una larga lista de eventos y festivales, llegando a la gran apuesta que representa Tabakalera.

Hace ya dos años que Tabakalera abrió sus puertas. Durante estos dos años el proyecto y el espacio se han ido consolidando. Tras el año de la capitalidad, ha llegado el momento de centrar la apuesta sobre este proyecto. Un proyecto en el que Ayuntamiento, Diputación Foral y Gobierno Vasco trabajan de la mano y al que se le quiere dar un nuevo impulso con la incorporación en breve de la figura de un Director General y de nuevos contenidos ligados al diseño.

Es por tanto un proyecto que crece, y lo hace desde una perspectiva nacional con clara vocación internacional.

Una vocación internacional que va en consonancia con la vocación de la propia Ciudad.

La vocación internacional de Donostia:

Y es que a la hora de valorar las consecuencias de lo que representa para Donostia ser Capital europea de la cultura, quisiera destacar precisamente el posicionamiento y la oportunidad que se abre para Donostia desde el punto de vista internacional.

Sin lugar a dudas, y desde una perspectiva exclusivamente de Ciudad, la capitalidad ha permitido a Donostia situarse en el plano internacional, especialmente a nivel europeo. Y lo ha hecho además posicionando a nuestra Ciudad en torno a valores positivos. La imagen que hoy Donostia proyecta al exterior ha cambiado notablemente, y eso ha abierto también nuevas posibilidades a la hora de estar presente en el exterior y de colaborar con otras ciudades.

En un contexto global en el que cada vez resulta menos relevante el papel de los Estados a la hora de buscar respuestas a problemas comunes, las ciudades adquirimos cada vez un mayor protagonismo, y Donostia quiere jugar también su papel en esa nueva realidad. Como Ciudad hemos dado ya un salto importante hacia esa nueva posición, pero estoy convencido de que en los próximos años vamos a tener que redoblar esfuerzos incorporando con fuerza una área de relaciones internacionales dentro de la estructura del Ayuntamiento.

Y esto sin olvidar la realidad más próxima, que también está cambiando y en la que también 2016 ha proporcionado importantes avances. La relación y colaboración entre las ciudades de nuestro entorno ha dado nuevos pasos. Especialmente en lo que a relación transfronteriza se refiere. La cultura o el turismo han sido ámbitos en los que la colaboración se ha intensificado. Y no sólo desde el ámbito institucional, también desde el social. En este campo se nos abre un nuevo escenario que permite superar fronteras físicas, pero sobre todo mentales.

Hablando de limitaciones físicas y entrando ya en el apartado de infraestructuras, me gustaría llegados a este punto referirme a los principales retos que afrontamos de cara a los próximos años:

Comunicaciones:

Donostia es una Ciudad que en el ámbito de las infraestructuras debe centrar sus principales apuestas en la mejora de sus comunicaciones. Tanto externas como internas. Desde el punto de vista de la competitividad y también desde el punto de vista de la sostenibilidad.

Como Ciudad firmante del pacto de Alcaldes contra el cambio climático en  la cumbre del clima de París, venimos trabajando intensamente en un ambicioso plan para reducir emisiones denominado Klima 2050. El transporte es precisamente uno de los pilares sobre los que debemos actuar, siendo éste uno de los factores que pueden propiciar una notable reducción de nuestras emisiones. La apuesta por  la electrificación del transporte público es clara, siendo el proyecto europeo replicate uno del los principales exponentes de esta apuesta.

Hoy estamos en puertas de que se inicie una de las principales actuaciones de mejora del transporte publico en Donostia: La ejecución de la nueva pasante del Topo.

Durante los últimos años, la infraestructura ferroviaria en nuestro entorno ha conocido notables mejoras. Los desdoblamientos de la línea del Topo en dirección a Hendaia y la puesta en servicio de estaciones renovadas (Errekalde, Añorga, Loiola o Herrera) y nuevas estaciones (Intxaurrondo o Altza) se completará ahora con la pieza central que conectará de forma adecuada todas ellas.

La puesta en servicio de la nueva pasante está prevista para el año 2022, y como sucede en este tipo de infraestructuras, aunque ahora puedan existir dudas o incluso contestación, una vez ejecutadas se nos hace muy difícil imaginar que pudiéramos prescindir de las enormes ventajas que proporcionan.

Y es que el cambio que representa esta importante infraestructura para Donostia es de una enorme trascendencia. En primer lugar, pone en valor el ámbito metropolitano. Donostia no se reduce a sus 186.500 habitantes. Forma parte de una realidad metropolitana más amplia, una realidad que es a la que el Topo da respuesta. Aunque a veces nos cueste, a la hora de imaginar la Donostia del futuro, al menos debemos incorporar en nuestra visión Gipuzkoa y la costa labortana.

Este proyecto permite además abordar una transformación urbana de calado. Más allá de lo que representa la recuperación de la playa de vías de Easo,  nada menos que 21.000m2 en el centro de la Ciudad, dotarnos de un sistema de transporte de esta capacidad nos permite soñar con un ambicioso programa de peatonalizaciones que ahora no son posibles. No hay que irse muy lejos para ver ejemplos de lo que digo. Supongo que para algunos, la peatonaliación de la Gran Vía de Bilbao era una locura, y sin embargo hoy es una realidad, gracias entre otras cosas, a la existencia de una infraestructura como el metro.

Echado a andar el proyecto, nos toca ser cuidadosos en su ejecución, informando adecuadamente a la ciudadanía y atendiendo sus preocupaciones. Desde el Gobierno se han puesto los medios para ello en estrecha colaboración con el Ayuntamiento.

La siguiente pieza fundamental en este puzzle es el intercambiador de Riberas de Loiola, punto de conexión entre el servicio de Topo y Cercanías de Renfe. Me consta que la necesidad de esta infraestructura, reiteradamente reclamada por el Ayuntamiento de San Sebastián, está sobre la mesa de Adif a instancias del propio Gobierno Vasco.

Los próximos años serán por tanto determinantes en lo que a sistema de transporte metropolitano se refiere. Pero dentro del apartado de la mejora de las comunicaciones existe otro proyecto de vital importancia para Donostia, el tren de alta velocidad.

Independientemente de la posiciones que unos u otros puedan mantener sobre la situación del Aeropuerto de San Sebastián en Hondarribia, es más que evidente que las limitaciones derivadas de su compleja ubicación hacen que esta infraestructura presente serias limitaciones a la hora de mejorar las comunicaciones exteriores de nuestra Ciudad. Es por ello que la llegada del tren de alta velocidad adquiere en nuestro caso una especial relevancia. Lo dice claramente hasta la propia encuesta de percepción ciudadana publicada hace escasas fechas. A pesar de la existencia de un movimiento de oposición a dicha infraestructura, es la que la ciudadanía donostiarra percibe como de mayor importancia con un apoyo más que notable.

Despejadas las características de la nueva estación, completamente integrada con el resto de elementos presentes en el ámbito de Atotxa (Tabakalera, actual estación de Renfe y estación de autobuses) nos queda esperar que la redacción de proyecto y su posterior ejecución sean una realidad en el plazo de tiempo más breve posible. Además de albergar la llegada del nuevo tren, supone el remate de un punto neurálgico de la Ciudad.

Las obras de implantación del tercer hilo desde Irun avanzan mientras tanto a buen ritmo, lo cual permitirá la desaparición de la frontera ferroviaria con el resto de Europa en un futuro muy próximo. Considero que ha llegado ya la hora de empezar a pensar en las operaciones que esa nueva realidad nos va a permitir. Es por tanto hora de empezar a diseñar los nuevos servicios transfronterizos que harán más real que nunca el proyecto de la Eurociudad.

Convivencia:

No me gustaría finalizar mi intervención en este foro sin hacer referencia a una de las cuestiones que más ha cambiado durante estos últimos años en nuestro País y por tanto en nuestra Ciudad: La convivencia.

Esta semana se cumplen 6 años desde que ETA anunciara el cese definitivo de su actividad. Creo que todos somos conscientes del enorme cambio que se ha producido en nuestro País desde aquel momento. También de lo rápido que nos hemos acostumbrado a esta nueva situación. La que hasta hace no tanto tiempo era una de nuestras principales preocupaciones ha desaparecido ya del ranking de las encuestas. Hoy Euskadi vive esta nueva situación con alivio y tranquilidad. Y sin embargo, he de decir que a mi eso me preocupa. Y me preocupa porque la excesiva relajación puede hacernos pensar que ya no queda nada por hacer.

Y no es así. Si queremos consolidar un escenario de paz, tenemos la obligación de afrontar las cuestiones que quedan pendientes:

Por una parte, la revisión crítica del pasado. No como elemento de reproche mutuo, sino como forma de asentar firmemente las bases de nuestra convivencia en el respeto a todos los Derechos Humanos. En este sentido, Donostia quiere hacer también su aportación con el nuevo Centro de recursos pedagógicos sobre Derechos humanos ubicado en la Casa de la Paz y de los Derechos Humanos de Aiete.

El reconocimiento a las víctimas. A todas las víctimas sin exclusión. Nos queda trabajo por hacer en este campo, pasando de lo general a lo particular. Donostia ostenta el triste título de ser la Ciudad Vasca con el mayor número de víctimas de la violencia en los últimos años, y eso nos obliga a trabajar intensamente en este ámbito.

La superación de las consecuencias de lo vivido. La desaparición de ETA y el cambio en la política penitenciaria. La disolución de ETA es todavía una cuestión pendiente, que sin duda supondría un paso en la buena dirección. Pero creo que también es hora de que abordar un cambio profundo en la política penitenciaria. Es necesario dar pasos también en este campo que ayuden a superar situaciones que  pueden facilitar el objetivo de la normalización.

Tenemos que ser capaces de trabajar las bases para la convivencia. Y hacerlo activamente. Cada uno desde su responsabilidad.

Me gustaría terminar esta intervención con ese mensaje que en 2016 nuestra Ciudad lanzaba y que quiere seguir lanzando, el de la cultura para convivir:

“Convivir es ese espacio que surge de la suma entre tu y yo. Es aprender a vivir juntos. Relacionarnos y comprender otros puntos de vista aunque no los compartamos. Convivir es unirnos para realizar proyectos comunes en beneficio de todos. Perdón por la obviedad, pero convivir es vivir con. Con todas aquellas personas que, en resumen, podríamos catalogar como los otros. La capacidad de compartir el espacio físico y mental en armonía. Superar los conflictos y formar juntos una comunidad. Un proyecto de vida en común.”

En definitiva, no existe proyecto más ambicioso para una Ciudad que la convivencia.

Forum Europa
Urtaran, Aburto y Goia